Desde el pasaje de la madera al carbón vegetal, y así sucesivamente hasta el presente, las transiciones energéticas se realizaron para adoptar un producto energéticamente más denso, abundante, sencillo de transportar, almacenar y más económico.
Todas las transiciones del pasado fueron procesos “naturales”, en tanto no impuestas por regulaciones u otros factores de coerción. Todas ellas se desarrollaron por razones económicas, por la necesidad de controlar la polución y, al mismo tiempo, de aumentar la productividad.
Cada una de las transiciones del pasado debieron luchar desde lo tecnológico y lo económico para demostrar sus cualidades en libre competencia con los productos a sustituir. Además, se llevaron adelante en el campo de las energías primarias, en un desarrollo que podemos calificar como “universal”.
Ninguna de las transiciones pasadas se basó en la promesa de un beneficio a obtener en un futuro indeterminado, y menos en el largo plazo. Todas las transiciones impulsaron ganancias de productividad, de confort y de mayor libertad dentro de una misma generación.
Mucho menos fueron promovidas a través del miedo sino mediante la certidumbre de un futuro mejor.
Esta es la primera vez que el mundo intenta llevar adelante, trabajosa y costosamente, una transición hacia formas de energía aleatoriamente intermitentes.
Esta es la primera vez que el mundo lleva adelante una transición solamente en el terreno de la energía secundaria.
Esta es la primera vez que el mundo lleva adelante una transición hacia formas de energía menos densas y no almacenables.
Esta es la primera vez que el mundo lleva adelante una transición que, para consumarse, requiere de la permanencia de la fuente a desplazar, al mismo tiempo que menoscaba su productividad.
Esta es la primera vez que el mundo lleva adelante una transición fundada en el miedo y no en un futuro mejor.
Sin esta última condición no hubiese sido posible siquiera intentar imponer, aún mediante la prepotencia económica y regulatoria, un producto de calidad inferior y más costoso. Un producto que requiere de subsidios estructurales para su desarrollo. Un producto que opera a espaldas de la ley de la oferta y la demanda.
Transición no es una palabra que describa al proceso actual. Invasión u ocupación son mejores descriptores de la situación.
Invasión energética. Ocupación energética. Este es el concepto.