¿Privatizar o estatizar?
Para la periodista Cledis Candelaresi, es una moda planetaria que los gobiernos tengan empresas medulares en el rubro energético, en particular aquellos que son productores masivos de hidrocarburos. En entrevista para el programa “Empresas estatales que operan en el sector energético”, Candelaresi sostuvo que, en muchas ocasiones, los recursos de dichas empresas públicas se utilizan para financiar la transición energética.
Panorama latinoamericano
En Venezuela y Ecuador, el Gobierno cambió las fórmulas para vincularse con el sector privado que, en ese entonces, era dueño de todos los hidrocarburos que producía, lo cual hizo que se convirtieran en socios forzados. Claramente, esta fórmula tuvo tantos seguidores como detractores. Por otro lado, En Brasil hay actualmente un debate abierto sobre si es mejor privatizar o estatizar. Jair Bolsonaro dijo al respecto sobre su empresa mixta Petrobras: “cada vez que sube el combustible o el precio del gas, yo como político tengo que afrontar el costo de esa suba de precios, entonces voy a privatizar una parte de Petrobras”.
En Perú está pasando exactamente lo contrario, el Gobierno de Pedro Castillo está evaluando la posibilidad de estatizar el consorcio que opera Camisea, el cual produce e industrializa gas para el consumo interno y para exportación. En México, la empresa estatal Pemex tiene un papel muy importante, pero se está debatiendo cómo modificar los vínculos y contratos que esta tiene con las empresas privadas para darle un papel aún más prioritario.
¿Y qué pasa con las empresas públicas en otros lados del mundo?
En Noruega, en los años 70, se creó una empresa íntegramente estatal llamada Equinor (anteriormente Statoil), la cual es una proveedora muy importante de gas y petróleo producido en offshore. La compañía fue tan exitosa que con su renta se creó un fondo petrolero de USD $400,000 millones.
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