El aumento de la energía que se pronostica tanto por a la coyuntura internacional, como por la nacional, con el nombramiento de Silvina Batakis al Ministerio de Energía, ha generado una serie de cambios que afecta en gran medida no solo a las familias argentinas, sino también a las pequeñas y mediana empresas, pymes.
Así lo afirmó Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos: “Hace muy poco la Secretaría de Energía aplicó un aumento del 70% que iba a comenzar a partir del 1 de mayo. Esto sin ninguna duda se traslada a los precios. Nosotros lo que habíamos pedido era que este aumento sea fraccionado, escalonado, para que no impacte fuertemente sobre las pymes, que no tienen una estructura económica para soportar fuertes aumentos”.
A esto se suma el aumento del gas, que Rosato asegura subió un 25% a principio de año y actualmente el cambio es del 20%. “Tuvimos unas cinco mil pymes industriales y manufactureras que pasamos a comprar el gas a la distribuidora, justamente en precio fijo, agarrándonos de la emergencia sanitaria que dura hasta diciembre”.
“Hay que bajar los impuestos”
Para la periodista Cledis Candelaresi, si bien es cierto que una fracción de la electricidad sale del bolsillo de los ciudadanos, para ello existen subsidios del Gobierno. Sin embargo, cuestiona si “¿Hay que aumentar los precios o los auxilios del Estado?”.
“Creo que los subsidios y los impuestos son una forma de distorsión de la realidad. Todos los servicios que recibimos en nuestros hogares o los que recibe la industria están plagados de impuestos y eso es lo que termina haciendo mucho más costosa la energía. Lo que tenemos que hacer es bajar esos impuestos, no aumentar los subsidios”, respondió el diputado Francisco Sánchez.
El experto señala que la solución estaría en que “cada uno pague lo que consume y no estemos subsidiando a nadie y entonces vamos a tener un sistema mucho más justo”.
Sin embargo, Candelaresi recalca que esta no sería una decisión tan factible para el Gobierno, ya que “todas las decisiones económicas implican un problema. Si se bajan impuestos en un país que tiene un rojo fiscal extraordinario que no se sabe cómo se va a cubrir. Por otro lado, los impuestos representan entre el 25 % y el 30 % de la factura. Pero todo el resto va al sector privado y a los productores”.
Según Sánchez, en el 2006 Argentina destinaba para subsidios el 0,6 % del Producto Interno Bruto (PIB), en 2015 en el Gobierno de Cristina Kirchner era el 3 % del PIB. Luego, “con todas las políticas de Macri, que muchas veces tuvo impactos internos en la política de Justos por el cambio, se bajó a 1,4%. Ahora está arriba de 2,5 % y lo que estamos viendo es que hay una irresponsabilidad fiscal muy grande que la terminamos pagando entre todos. Lo que hay que hacer es sincerar la economía”, explicó el experto.
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