Para Antonio Pronsato, ex funcionario a cargo de ejecutar la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner, una obra de esta magnitud debe contar con ingeniería básica, lo que permitirá ahorrarse costos y retrasos.
“Una vez que uno hace la ingeniería básica ahí se sabe cuántos ríos y rutas va a cruzar, cuáles van a ser los lugares que va a impactar de acuerdo a la soja”, recalcó.
Sin embargo, el ex funcionario aseguró que el Gasoducto Kirchner no contaba con este requisito, sino hasta el año anterior. Por ello, en su presupuesto se aumentaba a “mil millones de dólares”.
“De hecho, la ingeniería básica la hice yo junto con Raúl Cabello. Cuando tomaron el presupuesto, no había ingeniería básica”, comentó.
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Según Pronsato, si se contempla que la obra pase por medio de estos sembrados de soja, se debe contar con una autorización y adicionalmente recompensar económicamente la cosecha, lo que termina impactando el precio de este producto.
Por otro lado, señaló que al momento de trazar el paso del gasoducto, prefirió rodear a la comunidad mapuche, que a los campos de soja. “Eso nos salió cinco kilómetros más porque teníamos que rodearlos, pero es que no puedes rodear la soja”.
A pesar de que las comunidades o los sembrados por los que se contemple pasar el gasoducto son en ocasiones factores de retraso, el tiempo es el principal “enemigo”, ya que “cada día que perdemos en no avanzar, estamos perdiendo millones de dólares”, indicó.
Por eso, el ex funcionario destacó que “es importante ser eficientes. Muchas veces una demora que tengas en resolver un conflicto por dónde pasar sale mucho más barata cinco kilómetros más de gasoducto, que rodear ese problema”.
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